
Toño Alonso Bedia acaba de morir. Le conocí en la semana santa de 2002, cuando convencí a Barbarito para ir al XI Memorial Gulley en Tapia de Casariego. Yo quería hacer una entrevista a los pioneros de Tapia para mi sección de la Surfer Rule Generación Surf, pues Jon Susaeta me había hablado de ellos. Es un poco triste buscar recuerdos que uno debía haber mostrado antes pero aunque sea tarde, rescato de mi ordenador notas de la charla que tuvimos Barbarito, Pepe, Toño y yo. Luego, un día que fui en tren, me acercó a Pantín, cuando quise entrevistar a Vicente Irisarri. Otra vez nos mostró la lancha australiana de salvamento. Pero como no había olas las fotos que saqué no me sirvieron para ningún reportaje. Además de la entrevista tal y como creo que se publicó enseño mis apuntes. Son apuntes, disculpas por las imprecisiones, creo que tienen el valor de poder viajar a ese momento. Tras la entrevista van las notas.
GENERACIÓN SURF
TOÑO Y PEPE ALONSO BEDIA
TAPIA DE CASARIEGO, 1968

Por José R. de la Mar
Tapia de Casariego es uno de los centros principales del surf en el Cantábrico desde finales de los años sesenta. Conocida como la Novia del Viento, es una pequeña población casi en la misma frontera de Asturias con Galicia fundada por balleneros y azotada por los vendavales en invierno. En los años sesenta recibió la noticia del surf y se volcó en el deporte de las olas. Los hermanos Alonso Bedia son testigos y protagonistas fundamentales de esta curiosa historia de amor por el surf desde el occidente de Asturias. El cine de la familia o el viejo Café Moderno, la llegada de los hermanos Gulley, la prueba del campeonato de España de 1971, las iniciativas de aquel ayuntamiento en apoyo del surf, la escapada al Sahara de Toño, las tablas, las tiendas de surf en Tapia y Foz, la relación con Australia, los olones, el arrecife artificial del mítico campeonato de Foz, o los “memoriales Peter Gulley”, son sólo posibles títulos de capítulos de esta novela basada en hechos reales que quizá alguien se decida a completar algún día. Hablamos con Pepe y Toño Alonso Bedia después del Campeonato ARNETTE GOANNA PRO 2002. Son muchas las cosas que pude aprender oyéndoles en esta Semana Santa. Esto es sólo lo que recogió la cinta en la misma cabina de la organización.

– La primera pregunta es cómo tuvisteis noticia del surf, de que se podía recorrer una ola con la ayuda de una tabla.
– Toño: yo tenía noticia del surf sin saber que eso era surf, fue hacia el año 64; lo vi hacer pero creí que era gente que iba a pescar; es que era muy crío, les vi venir con unas tablas blancas y pensé que le ponían escayola, porque la resina era blanca y le ponían aquellos trapitos que parecía que la estaban escayolando; y me parecía que ellos reparaban las embarcaciones, se iban hasta allá lejos y volvían. Pasó el tiempo. En junio del 68 se presentaron aquí dos surfistas australianos, estábamos viéndolos un grupo de gente, eran muy amables, así que nos vieron que les mirábamos y nos ofrecieron las tablas. Fue la primera vez que cogí una tabla. Pero antes estaba siempre tirado en el mar, jugaba con las olas: cogíamos las olas a cuerpo… también bajaba en un neumático la cuesta dando vueltas hasta la playa, ¡hacía unas salvajadas…! Aquel día cogí la tabla y la sorpresa es que me puse de pie. La comisión de fiestas, dependiente del Ayuntamiento, había adquirido tablas, la primera que trajeron Peter y Robert, por 3.500 pesetas, una Barry Bennet que cuando marcharon a casa prefirieron dejar aquí. Desde el Ayuntamiento también se encargó una tabla marca Delos que se compró en Madrid. Pero, claro, yo quería una tabla propia. En el 69 volvieron los australianos y trajeron otras tablas. Uno me ayudaba en los bailes, porque yo trabajaba en el cine de mi padre, y había que montar y desmontar las butacas; era un cine que se convertía en una sala de fiestas por la noche. También teníamos una tienda de electrodomésticos y teníamos vespinos para vender. Después de llorarle mucho a mi padre me dijo: “vale, si le vendes algo al australiano te compro su tabla…” Conseguí venderle una “vespino” y así pude conseguir la tabla. La minigun que aún conservo.
– Pepe: Yo empecé a hacer surf en el 71, un mes antes de la prueba del campeonato de España que se celebró aquí. El surf lo conocí viendo a mi hermano Toño, cinco años mayor que yo, que se metía al agua con esa tabla, y a los australianos.

– Toño: Luego, cuando estuve en Australia fui a la fábrica Bennet y compré una tabla para Pepe por una deuda que tenía con él. Pero antes había ayudado a empezar con el surf a otra gente porque al principio no sabía si a mi hermano le gustaba el surf. Pepe de la que empezó cogió la onda de inmediato.
– En 1971 en Tapia se celebra por tanto una de las siete pruebas del primer campeonato de España…
– Pepe: Yo era un “guaje”, recuerdo cosas como que todos teníamos nuestro carnet de la sección de surf de la Federación de esquí náutico. Se hizo una fiesta hawaiana, con orquesta y todo. La tengo filmada en super ocho, porque los cámaras fuimos: mi padre, el primero, y luego yo. Se ponían todos los clubs con su bandera y su madrina y desfilaban por el pueblo hasta la playa. Aquel año había una comisión de fiestas que apostaba por el turismo y cuando llegaron los hermanos Gulley vieron en el surf un deporte mediante el cual podía hacerse promoción para el pueblo.
– Toño: Ése fue el motivo de que al ver que yo había hecho un buen papel en la prueba de Tapia, pues entré en la final, me mandaran en avión, con la compañía del secretario municipal, a la prueba de Zarauz, y es que si no, no llegaba a tiempo.

– Pepe: Yo quedé segundo en categoría infantil. Estábamos todos con tablas grandes y llegaron los de Gijón con tablas pequeñas, gordas, con rocker, recuerdo que era un día de mucho viento y por eso le gané al “Huevo”, al usar tabla grande. Pero reconozco que “el Huevo” era superior a mí, al lado de él yo, nada. Estaba choppy, mal para su tabla pequeña, pero Román, “el Huevo”, andaba mucho y cuando le vi luego en Salinas me di cuenta de que era superior y que si le gané fue porque él iba con su tabla pequeña.
– Es que algunas de esas tablas eran una catástrofe.
– Pepe: Venía uno con una Freedom, yo estaba con la roja de Peter, y Toño se empeñó en conseguirla y con la idea también de cederme su tabla vieja.
– Toño: Lloré por la tabla Freedom pequeña, que era un huevo. La conseguí al final. No andaba un carajo, mala, malísima, eso sí, la quilla se cambiaba, tenía unos taquitos y se podía adelantar o atrasar, el dueño era uno de los jueces ingleses. No andaba nada, si es que la veo…

– Pepe: estaba mal diseñada.
-¿En Asturias en aquellos tiempos quién más hacía surf?
– Amador Rodríguez, de Gijón, por ejemplo, es un poco mayor que yo, yo soy del 52, pero cuando iba a Gijón era con quien me relacionaba, también estaban el Carulo y compañía… Recuerdo que los de Gijón estuvieron acampados en Semana Santa del año 71, justo cuando salió la canción Let it be. Pero la primera persona que hizo surf en Asturias, que se sepa, es Félix Cueto, de Oviedo, que se hizo su propia tabla porque vio que en un álbum de los Beach Boys aparecían los del grupo sujetando una. Era una tabla de madera de balsa, yo era un crío pero creo que aunque luego no siguiera mucho tiempo practicando él puede ser el primero.
– Por Tapia en todos estos años habrán pasado muchos surfistas…
– Pepe: Todos los veranos, cuando yo era niño, había tres o cuatro furgonetas de surfistas, la acampada era libre. Los australianos y los americanos nos regalaban la parafina esta de olor, porque nosotros usábamos la parafina que usaba la Telefónica para los cables, nosotros la robábamos y hacíamos un molde para que fuera igual que la que tenían los australianos.
– Toño: Una persona muy conocida en el mundo de las revistas de surf que estuvo en Tapia es John Severson, estuve con él en la playa. Hablé mucho con él, en un bar de playa que había. Le quise comprar una tabla, casi le lloro para que me la vendiera, tenía el dibujito del acid house, la sonrisa esa; me parecía muy buena tabla. Veías una tabla nueva, bien acabadita, brillante, y… ¡bueno! Yo le daba mi minigun, más un dinero. Pero no accedió. Venía con una señora, sería hacia el año 70, cogió olas en Tapia pero su surf no era llamativo. Sí recuerdo que llevaba una cámara. Me dijeron una vez que estuvieron Nat Young y Wayne Lynch por aquí, que iban hacia Portugal, fue cuando sacaron las dos quillas, les estuve buscando pero no les encontré.

– ¿Os metéis mucho? ¿Sois partidarios del tablón?
– Pepe: A mí me encanta la tabla pequeña, lo siento mucho. Empecé con el tablón pero prefiero la tabla pequeña y el surf radical de ahora. Ahora llevo cuatro años sin coger olas; dejé de hacer surf porque me estoy haciendo mi propia casa y si voy a hacer surf son cuatro horas en que no hago el trabajo así que tomé la decisión de no ir a hacer surf hasta que acabara la casa. Ahora como está ya casi acabada voy a empezar otra vez. Y a mí lo que me gusta es el surf radical, no me gusta el surf clásico, tengo cuarenta y cuatro años y pienso seguir como los chavalitos estos. El tablón yo sólo lo querré cuando no pueda caminar. En cuanto acabe el campeonato empiezo de nuevo.
– Toño: A mí me gusta el tablón y me gusta cualquier modalidad de surf, y de hecho hago skisurf, que es surf con palas, lo traje de un viaje a Australia y fui el primero en practicarlo en Europa. En casa tengo tablas pequeñas, y también el minigun con el que aprendió todo Tapia. Lo vendí a Salinas y a los siete u ocho años la compré pagando lo mismo otra vez para tenerla en casa.
– Pepe: Cómo me arrepiento de haber vendido las tablas…Las tablas que vendí si las encuentro las compro todas.
– Toño: Ni sé las tablas que pasaron por nuestras manos.
– Pepe: Conservo la primera que vino a Tapia. Había un bar y se dejaba ahí y cualquier persona que viniese la cogía, la llevaban arrastrando porque era muy grande y la parte de atrás se perdió.
– Toño: Perdimos la pista de otra tabla. Un barco de Ortigueira vio un tablón en el mar, y le metió gancho, estaba cargada de mejillones y percebes, la subió y resultó que era una tabla de surf hawaiana; la Comisión la compró por tres mil pesetas. Con quilla grande, gorda, pesada, dura, con tres listones fuertes, debía de llevar en el agua, ¡sabe Dios! Y tengo pistas de dónde está, creo que en un almacén, tapiando la pared… Había muchas tablas, algunas malas como “la asesina”, la llamábamos así porque se volvía, daba golpes a todo el mundo.

-¿Qué picos os gustan?
– Pepe: ¿Conoces la ría? Los primeros en hacer surf en la ola del puente fuimos nosotros. Salía una ola buenísima, y hacíamos surf ahí cuando todavía estaban construyendo el puente. Ahora sigue saliendo la ola en el pilar pero no es tan buena. También nos gusta la punta de Serantes, fuera.
– ¿Habéis cogido tamaño?
– Pepe: Donde hemos cogido tamaño es en Serantes. También tuve una mala experiencia con “los Calvos” en Meñakoz. Se marchó todo el mundo y yo no sabía por qué, y es que al bajar la marea salían las famosas rocas.
– Toño: Yo entré con tamaño en Mundaka, en aquel campeonato en que hubo olas tan grandes; entré con el skisurf con olas de cinco metros, me rompió las dos palas pero volví otra vez. Cogí algo mayor todavía en Sidney, en Newport, dos días antes de volverme para casa. Quiero coger una ola que está sin estrenar, al lado de mi casa, porque mi casa está a un paso del acantilado y el pico sale ahí mismo, es cerca del puerto.
– Pepe: no tengo miedo a meterme con tamaño, pero tienes que tener la tabla adecuada, condiciones físicas…

– En el surf han cambiado mucho las mentalidades, ¿no os parece?
– Pepe: Sí, fíjate que íbamos con tabla grande y sin invento y había que nadar a coger la tabla. Estabas ahí afuera y se te escapaba la tabla y tenías que nadar. Ahora muchos surfistas no saben nadar. Con olas más grandes que las de hoy, de niño yo iba con mi hermano y mi hermano vigilaba por mí, sabía nadar pero si me pasaba algo venía a por mí. Es que no teníamos invento, si se me escapaba la tabla tenía que nadar y muchas veces me sacó mi hermano del agua. Y ahora muchos como tengan un problema de rotura del invento están vendidos. Siempre andamos pendientes y siempre que hay alguien en apuro le dejamos las tablas…
– Toño: Antes de hacer surf fui muy arriesgado. Hacía travesías a nado desde aquí, la playa de Riberia, al puerto, por ejemplo; jugábamos a una cosa que se llama “Justicia y ladrón”, lo de perseguirse uno a otro, y yo llegaba a la punta del muelle donde el faro y para no dejarme coger me tiraba al agua y venía nadando hacia casa, ¡de noche! Ahora tengo la costumbre de que si estoy en la playa no puedo estar tumbado al sol, sino que tengo que estar mirando al mar continuamente, mirando si alguien grita, controlando si pasa algo. Es la costumbre que me queda de cuando estuve de socorrista, nos nombraba el Ayuntamiento a los que hacíamos surf.
– ¿Habéis hecho muchos surfaris o no os ha hecho falta salir de aquí?
– Toño: Una vez me recorrí la costa portuguesa en Land Rover, me metía hasta la orilla. Y la costa francesa hasta Bretaña también me conozco, de cuando la copa del mundo de ski-surf, aunque había estado varias veces en Biarritz, Chevaliers, Chambre D’amour… También tengo un bonito recuerdo de un sitio, casi en guerra, escapaba e iba a surfear, y me hacía ilusión porque parecía lo del Vietnam. Fue cuando estuve en Sahara, justo cuando la Marcha Verde, y pude irme para la costa, aparecieron unos holandeses con tablas y me prestaron una.
– Pepe: Toño es así, después de una movida en la escuela se apuntó a la Legión. Yo viví dos años en Australia con idea de quedarme, y al final me volví para acá. En el 82 recorrí California cuando volvía de Australia: San Diego, Huntington, La Jolla; recuerdo que la gente era muy amable, muy amable. Pero sí es verdad que aquí puedo hacer surf yo solo todos los días del año.
– Leyendo vuestros escritos de la revista del campeonato se ve una filosofía en torno al surf…
– Pepe: Es que si no defendemos la naturaleza…Yo les digo a muchos: “con el tiempo ya verás que no es sólo coger olas”. Cuando tienes más edad también valoras que estés en el agua y puedas ver el atardecer, o cómo cambia el tiempo o empieza a llover, ir comprendiendo a la naturaleza, en una palabra.

– Toño: A mí me parece mal el no tener un sentimiento al coger olas; estar en el surf o ir sólo a la playa cuando hay gente que te vea, es decir, no tener el sentimiento que significa coger la tabla aunque el día pueda estar oscuro…O eso de coger la tabla y una mochila y caminar, y caminar, y caminar, buscando una cala, y que no encuentres a nadie; eso ha sido el sentimiento que nos ha empujado.
NOTAS EN BORRADOR
¿Cómo tenéis la primera noción del surf?
Responde Toño: yo conocía el surf sin saber lo que era el surf, hacia el año 64, lo vi hacer pero yo creí que era gente que iba a pescar, era muy crío, venían con unas tablas blancas, creía que le ponían escayola, y es que la resina era blanca y le ponían aquellos trapitos que parecía que le estaban escayolando. Reparaban las embarcaciones, se iban hasta allá y volvían, reparaban, iban y volvían. Pasó el tiempo. En Junio del 68 se presentan aquí dos surfistas australianos, estábamos viéndolos un grupo de gente. Eran muy amables y nos vieron que les mirábamos y nos ofrecieron las tablas. La primera vez que cojo la tabla fue así. Estaba siempre tirado en el mar, con neumáticos y cosas de éstas, bajaba en un neumático la cuesta esta y bajaba dando vueltas hasta la playa, hacia unas salvajadas, intentar coger las olas a cuerpo, me ven que estaba mirando mucho para ellos y me ofrecen la tabla. Cojo la tabla y la sorpresa es que me pongo de pie. Ellos prestaban la tabla a todo el mundo. El año siguiente, claro, yo quería una tabla y fui el primero en comprar una tabla propia en la zona. Tabla propia porque la comisión de fiestas había adquirido tablas, la Oficina de turismo, la primera de ellas en 3.500 pesetas. Una Barry Bennet. En el 68, cuando marchan los australianos dejan la tabla, estaba esa más la comprada por la Comisión de fiestas. También se encarga una tabla marca Delos que conservo la factura.

Y estuve en la fábrica Bennet y le llevé una tabla Bennet a Pepe. No sabía si quería hace surf y ayudé más a otra gente. En el 69 vuelven los australianos y traen una tabla y después de llorarle mucho a mi padre consigo venderle un vespino al australiano y comprarle la tabla. Teníamos una tienda de electrodomésticos y vendíamos vespinos. El australiano me ayudaba en los bailes porque trabajaba en el cine, montando y desmontando las butacas, porque era un cine que teníamos que se convertía en una sala de fiestas a la vez.
Mi padre me dijo: vale, si le vendes algo al australiano…y me compró el vespino. Vender y comprar. Venían con una Volkswagen.
Peter Gulley era amigo de Midget Farrely, campeón del mundo antes de la eclosión de las tablas pequeñas. El club Bajamar de 1969 es uno de los pilares del surf de Tapia. Los australianos se alojaron en Flea House en el Barrio de San Blas. Tono Argul quedó el primero, de infantiles, supongo. Los Gulley venían de Portugal. Iban para Francia. El 14 de agosto de 1993 es cuando murió Peter o cuando llegaron las cenizas a Tapia. La mitad las tiraron al mar. La otra está en la casa de Toño.
Una tabla DELOS francesa por 9266 pesetas fue comprada con dinero del ayuntamiento en Madrid, en Deportes Diez. La Oficina de Turismo fue la promotora de las movidas surferas.
Los clubes que había entonces eran Peñarrubia de Gijón, el club deportivo de Zarauz, el club Sardinero, el club España…
En 90 se hace el Open que lo organiza Diego Picante
Javier Deiniz no volvió a hacer surf y no tenía ni veinte años. Ganó Zalo Campa.
Pedro Martínez Albornoz y Bonet fue presidente de la Federación de Surf.-
El Alcalde Joaquín Pérez.
Don Juan Manuel Cuervo fue el secretario.
Obtuvo el cuarto lugar en la prueba de Tapia de Casariego del campeonato de España de 1971.
En el año 71 se hace el europeo en Seignosse, Francia, Fue el séptimo campeonato de Europa, España fue la sexta de cuarenta y ocho.
Toño tenía una novia en Santander y se iba para allí con la tabla y dormía en los desguaces. Haciendo el bachiller técnico laboral le echaron. El profesor de Agronomía. Ese día había clase libre sin profe. Al llegar él como había barullo les quiso obligar a copiar la lección cinco veces.
– No lo pienso hacer.
– Sal de clase.
– No. Soy jefe de clase.
Toño recuerda que él llevaba el pelo por la cintura. Me atacó, dio una patada a la mesa. Yo iba al gimnasio. Sólo con apretarle un poco ya valía. Tendría veinte años. Toño se fue a la legión. Al Sahara, donde también pudo hacer surf. Pero luego se fue a Australia para ganar el dinero necesario para devolver el billete a su padre. Su hermano se quedó a hacer su función en el cine.
Chris Jones fue el campeón de Europa en el 71. Las pruebas de España fueron Baquio, Zarauz, Sopelana, Tapia, Gijón y Somo. Quedaron: los tres Fiochis, Estanis, Carlos Beraza y Susaeta.
Parafina de teléfono.
Club Lombolongo, hizo un dos estrellas del 91 en Foz.
